Contratar un seguro de vida puede costar hasta cuatro veces más según con qué compañía se haga. Por término medio, recurrir al banco para este tipo de pólizas supone pagar un 48,3% más que si se adquiere por medio de una aseguradora tradicional. Aviva y Caser son las compañías más baratas, mientras que Banco Sabadell, Mapfre y Banco Santander son las entidades más caras.
“Hemos tomado este nivel de capital porque es el importe más habitual de las hipotecas que se firman en España, de acuerdo con los datos del supervisor”, explica Isidre Martínez, autor del informe.
Un producto muy atractivo para los bancos
- Margen de intereses. La caída de los tipos de interés y los reveses en los casos de cláusulas suelo han limitado los ingresos que tienen los bancos por prestar dinero a sus clientes.
- Productos alternativos. Las entidades financieras han promovido la contratación de productos que generan comisiones recurrentes, como los seguros o los fondos de inversión.
- Público cautivo. A los clientes que van a contratar una hipoteca se les exige que tengan un seguro de vida. Aunque en teoría pueden elegir el seguro con un tercero, en la inmensa mayoría de los casos contratan con la entidad financiera que les da la hipoteca.
- Margen jugoso. En el caso de las personas jóvenes, el margen que se embolsa el banco al comercializar un seguro de vida puede superar el 30%, de acuerdo con fuentes del sector.
- Seguros de hogar. Además del seguro de vida, también es frecuente que el banco trate de vender al cliente que contrata una hipoteca un costoso seguro de hogar. La legislación solo obliga a contratar el seguro de incendios más básico.
Partiendo de este capital asegurado, Global Actuarial ha pedido precios para diferentes perfiles de asegurado: de 30 años, de 40 años, de 45 años y de 50 años. Para todos los rangos de edades, los precios más atractivos los ofrecen siempre las compañías de seguro tradicionales.
La mayor diferencia aparece en el rango más joven de población. En caso de que contrataran esa póliza de vida en la oficina bancaria, los treintañeros pagarían de media 253 euros al año, mientras que si van a una aseguradora tendrían que desembolsar un 60% menos.
En el caso de las personas de 50 años las diferencias son algo menores: 1.089 euros si se va a al banco frente a 758 euros en la aseguradora, un 44% menos.
Dependencia de los bancos
La explicación para esta gran diferencia está en la dependencia que tienen los bancos de las comisiones que ingresan por su negocio asegurador. Con los bajos tipos de interés, las entidades bancarias han visto reducirse significativamente el dinero que cobran por financiar a sus clientes.
Para compensarlo han impulsado otras líneas de ingresos, como la venta de fondos de inversión, planes de pensiones y seguros. En muchas entidades estas comisiones llegan a representar ya más de un 30% de la cuenta de resultados.
La contratación de un seguro de vida de 120.000 cuesta, por término medio, 622 euros si se hace a través del banco, y 420 euros si se hace directamente con una aseguradora (un 48,3% más), de acuerdo con los datos de Global Actuarial.
Un público cautivo
“La clave es que el banco tiene a un público cautivo para los seguros de vida, los clientes que quieren contratar la hipoteca con ellos”, explica Borja López-Chicheri, gerente de la asociación de corredores de seguros Adecose. “En las oficinas, el cliente no tiene capacidad para negociar la contratación de la póliza de vida con otra compañía, y el banco acaba imponiendo su precio”, asegura.
La nueva ley hipotecaria que se está tramitando en el Congreso va a tratar de frenar estas prácticas. El texto, que ahora está siendo revisado por el Consejo de Estado, prohibe las operaciones vinculadas. Es decir, que los bancos no podrán condicionar la concesión del préstamo hipotecario a la contratación de otros productos como seguros de vida, de hogar o similares, como venía ocurriendo hasta ahora.
Si se aprueba el texto tal y como está redactado, los clientes tendrán libertad para adquirirlos con entidades ajenas al banco, que sin embargo sí podrá combinar varias ofertas. Es decir: operaciones vinculadas, no, pero combinadas, sí.
“Sabemos que al final el banco seguirá teniendo la sartén por el mango, pero queremos que compita en pie de igualdad y no imponga precios abusivos”, apunta López Chicheri.
La distorsión en el mercado que supone la comercialización de seguros junto con la hipoteca la resume perfectamente una anécdota que cuenta el consejero delegado de una de las grandes aseguradoras que opera en España. “Al contratar la hipoteca el banco te ofrece unos descuentos importantes en el tipo de interés aplicado, que compensan la prima que luego te aplican en el seguro de vida. En mi caso, tengo el seguro con una entidad financiero, y no con mi propia compañía, porque me acaba saliendo a cuenta”.
El auge de la comercialización de seguros de vida por parte de entidades bancarias ha hecho que estas controlen más del 70% de las primas.
Esta tendencia es la que ha provocado que VidaCaixa, la filial aseguradora del grupo CaixaBank, haya superado a Mapfre como mayor compañía española en cuanto al volumen de primas gestionadas. La entidad ha promovido el traspaso de muchos depósitos a seguros de vida-ahorro.
Fuente: Miguel Moreno Mendieta de cincodias.elpais.com